Hija de Hitler Vuelve al Ataque
Originalmente la idea fue defendida argumentando que facilitaría la integración de los extranjeros, aunque es difícil advertir cómo o en qué sentido una idea tan estúpida puede contribuir a una integración que cuenta con otros obstáculos más importantes, entre ellos las propias políticas racistas y discriminatorias del gobierno. ¿Qué se ganaría, en efecto, con impedir que los extranjeros hablen en sus lenguas? Y se puede además argumentar con bastante solidez que prohibir que los extranjeros hablen en sus idiomas maternos puede tener efectos negativos sobre la integración.
Entre los nuevos argumentos de los fascistas holandeses se lee ahora que los holandeses se sienten inseguros y hasta amenazados de oír lenguas extranjeras en las calles y espacios públicos de su país. Hay que observar que esto ocurre en un país que fue en el pasado reciente símbolo de tolerancia. Pero lo que seguramente no dirán las agencias de prensa es que todo este intento de legislar sobre qué idioma hablar en las calles afecta solamente a los extranjeros de origen árabe o musulmanes o ciudadanos de países que Holanda, por razones bastante curiosas, considera no occidentales. Nadie piensa en vigilar si los turistas ingleses o franceses acatan las nuevas disposiciones municipales. Nadie les ha dicho que, por ejemplo, el español y el francés causan temor entre los aborígenes.
Es lamentable que un país que mereció durante años el justo elogio de la comunidad internacional esté ahora dominado por una equipo de políticos incapaces y mal paridos que han implantando el odio y el apartheid como forma de gobierno y que de forma subrepticia y haciendo uso de argumentos peregrinos quiere volver a los valores que los aliados destruyeron en Alemania en 1945. Sin tener nada que defender en la historia del mundo occidental, Holanda ha vuelto a caer en las tenebrosas ideologías germánicas que pensábamos que habían desaparecido.
Hay mucha gente que cree que es imposible que vuelva a ocurrir. Yo creo que en la historia nada es imposible. Y puede volver a ocurrir, en Holanda.
8 comentarios
yaki -
kain -
jose -
Josep Tarrés -
¡Y eso que vivo en Cataluña!
Supongo que tengo que mirar más televisión y escuchar más radio.
Danilo -
Comparto la opinón del autor, sobre la ridícula actuacón por parte de la ministro...
engels79 -
Pablo -
Josep Tarrés -
Ahora que comentas que sólo afectará a la parte más marginada de los extranjeros, empiezo a pensar que igual si hablaban en serio :-(