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Desvaríos Irracionales de Blair

Que los atentados de Londres no tienen nada que ver con la guerra es la incoherente aserción de Blair y sus ministros. Lo desmienten tres importantes investigaciones -una inglesa, otra saudí y otra israelí- y la propia opinión pública inglesa, que establece una relación. Los dichos de Blair son sólo eso: dichos, porque sus argumentos no se derivan de investigaciones. O sea, son de valor prácticamente nulo. Si los atentados de Londres no tienen que ver con la guerra, ¿con qué tienen que ver? Con una "ideología del mal", con unas "ideas bárbaras". ¿Por qué colocan bombas los terroristas? Porque son malos, dice el jefe de estado. ¿Por qué son malos? Porque tienen "ideas bárbaras". Con este asombroso razonamiento circulatorio es imposible pensar en soluciones, excepto seguir la opción militar: continuar la ocupación de Iraq, que la mayoría de los europeos considera una insensatez. ¿Qué hacer?

El problema es complicado para Inglaterra, pues los institutos de investigación han concluido que la ocupación de Iraq es un semillero para el terrorismo, vale decir, mientras continúe la ocupación, existirá la posibilidad de atentados terroristas. Y el atentado de Londres demuestra que los terroristas no se han concentrado en Iraq y que bin Laden, aparentemente, sigue siendo capaz de golpear en Occidente -porque Estados Unidos abandonó la tarea de combatir el terrorismo para iniciar una guerra ilegal alejada del 11 de septiembre de 2001, pues fue planeada en 1999 para que, entre otras cosas, el emperador memo pudiera vengar a su papaíto. ¿Qué tendrá en mente Blair? Se reúne con clérigos musulmanes. ¿Cuando un panadero comete un crimen, se reúne la policía con el gremio de los panaderos? Si la "ideología del mal" no se deriva de la religión ni de la cultura, ¿de dónde viene? Y bombardear ciudades y matar a 20.000 civiles, ¿a qué ideología del mal pertenece?

Pero las ‘soluciones' que sugiere Blair son absurdas. Pareciera que en su opinión ahora oponerse a la guerra también forma parte de la ideología del mal. Yo rechazo la guerra y escribo contra la guerra y contra la ocupación. ¿Me considerarán terrorista o agente del mal? ¿Oponerme a la guerra me transforma en moro? Pienso que llevo dos años y ningún avión ha bombardeado y exterminado a mi familia -pero mañana me puede matar un terrorista. Por más que nos repugnen las carnicerías terroristas, es evidente y es humanamente razonable suponer que lo hacen en respuesta a los mortíferos ataques de los aliados. Y la opinión pública y los centros de investigación creen -contra Blair- que el fin de la ocupación (o el inicio de conversaciones) contribuiría enormemente a disminuir los riesgos de atentados, aunque no signifique que la policía y los espías deban bajar la guardia.

Los fascistas holandeses -algunos de ellos miembros del gobierno y parlamento- ya han discutido ideas similares. A algunos animales fascistas se les ha ocurrido que, siendo los árabes y musulmanes el grupo de población de dónde provienen los terroristas, deberían ser restringidos en guetos y controlar sus entradas y salidas. Otros han propuesto campos de concentración para los elementos sospechosos, que calculan en Holanda en 50 mil personas. A tal nivel ha llegado en Holanda lo que algunos aborígenes germánicos llaman vida política. En esos campos se puede re-educar a los malos, balbucean echando babas de odio. ¿Estará Blair pensando algo similar?

¿Qué espera Blair? Si creemos en lo que dice -y contra las investigaciones de institutos científicos-, tendremos que aceptar su privilegio de lo irracional por sobre la lucidez. Pero aceptar lo irracional implica negar la democracia, que supone un ciudadano que hace opciones conscientes y racionales. Al pedirnos que creamos lo que dice, Blair nos pide que abandonemos nuestra inteligencia y aceptemos su desvarío. ¿Por qué habríamos de adoptar su posición? No se basa en nada, en ninguna investigación, en ningún dato. Encima, los propios terroristas (en otros atentados, como el de España) han declarado explícitamente que sus atentados son represalias por la destrucción y ocupación de Iraq.
Nos sentimos todos como espectadores de una guerra que no queremos. Sentimos solidaridad y rabia, pero nuestros gobiernos y clases políticas se han rebelado contra la voluntad popular. Y con ello han desvirtuado nuestra democracia. Este es el contexto y ¿quiere Blair convencer a Oriente Medio de las ventajas de la democracia? Nuestros gobiernos hacen guerra contra nuestra voluntad y diciéndonos que son demócratas. Pero la mayoría de la opinión pública está contra la guerra y es partidaria de su fin inmediato. ¿No decía Hussein, cuando declaró la guerra a Irán, que era un gobernante demócrata con 99 por ciento de la votación? ¿Y cuál es entonces la diferencia? Inglaterra ciertamente no está exportando a Oriente Medio un modelo de democracia. Blair rechaza la opinión de la mayoría del mismo modo que los sunníes rechazan a la mayoría chií. ¿Quién va a creer en Oriente Medio y en el mundo en una democracia semejante, donde la opinión mayoritaria de la población no cuenta para su clase política? ¿Y qué democracia y civilización es una sociedad que está dispuesta a abandonar sus principios y hundirse en la barbarie nada más que porque tiene miedo e insiste en ocupar tierras extranjeras?

Los aliados pueden perder esta guerra. La están perdiendo. Estados Unidos tiene problemas de reclutamiento y deberá re-introducir el servicio militar obligatorio. Aún así, para tener un control decisivo del país debería contar con más de medio millón de tropas, lo que no reunirá ni aun con ayuda de aliados. Cada día que pasa es un día de derrota para Estados Unidos. Cada día significa más ataúdes y más mutilados, y no se ve su fin. Si Estados Unidos no demuestra su voluntad de fijar un calendario de retirada y reconstrucción, los atentados seguirán, allá y acá. Y nos seguirán matando de uno y otro lado. Somos los civiles los que estamos contra la guerra, en Iraq y en Europa, y debemos unirnos para luchar contra nuestros gobiernos, apagar su sublevación e insolencia y seguir construyendo civilización, libertad y democracia.

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