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¿Quién Desdeña La Amenaza Terrorista?

Dice Anthony Giddens que no hay que desdeñar la amenaza del terrorismo islámico.

Quizás el autor no debiera dejar de lado el contexto en que toma lugar el debate sobre la amenaza terrorista. La extrema derecha y tendencias claramente fascistas exageran la amenaza del terrorismo islámico porque en sus enrarecidos raciocinios este se asocia con la inmigración musulmana. Con esta absurda ecuación de la mano, exigen medidas represivas y control de la población musulmana -como es el caso en Holanda-, la limitación de la inmigración, la ampliación de leyes especiales anti-terroristas y la severa limitación -hasta desvirtuación- del estado de derecho (limitaciones para algunos grupos de la población de algunas libertades).Es contra este maligno movimiento que muchos enfatizan el carácter policial de la amenaza. No significa que sea un reto desdeñable. La lucha anti-terrorista ha exigido la reforma de instituciones policiales justamente para capacitarlas mejor. Para la extrema derecha, el terrorismo islamita es una excusa bienvenida para sostener irracionalidad y xenofobia.
Enfatizar el carácter policial de la lucha anti-terrorista también implica que no se cree que su solución pueda ser bélica. La idiota pretensión -y evidente falsedad- de Estados Unidos, de que han intervenido en Iraq en el marco de la lucha anti-terrorista, no ha hecho más que exacerbar ese peligro. Y la amenaza se ha transformado en cientos de víctimas en Europa y fuera de ella en acciones de represalia. Que esta verdadera y mortífera memez -que la invasión y destrucción de Iraq y probablemente de otros países se logrará la erradicación del terrorismo- ha demostrado ser absurda y contraproducente. Ha aumentado la amenaza terrorista de manera considerable; ha obstaculizado la continuación del proceso de paz en Palestina; ha reforzado los regímenes autoritarios en Oriente Medio; y da apoyo a las tendencias autoritarias que conoce Europa -como en Inglaterra y Holanda, donde las garantías jurídicas ya no significan nada. (La Corte Suprema británica ha declarado ilegales algunas medidas).
Tampoco dice el autor nada sobre el terrorismo de extrema derecha, que es ciertamente una amenaza que se viene arrastrando de antes incluso de los atentados del 11/S y contra la cual Europa se ha mostrado complaciente. Para citar un ejemplo, la extrema derecha ha cometido varios cientos de atentados en los últimos cinco años -quemando mezquitas y escuelas, golpeando a extranjeros, amenazando y golpeando a políticos demócratas. En todo ese período, no se han detenido a más de diez personas. Estos grupos terroristas tienen, como otros, sus brazos políticos legales incrustados en partidos normales (en el ‘liberal' en Holanda), que los protegen e impiden una actuación policial eficaz. (De acuerdo a las instrucciones entregadas por Interior a la policía, no son terroristas y no deben tener prioridad en las labores policiales). Estos grupos y partidos constituyen de lejos la amenaza más ominosa, porque atacan desde dentro nuestras instituciones básicas. Son la quinta columna del Mal.

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