Las Nuevas Leyes Contra Los Musulmanes
Holanda y su régimen de excepción para la población musulmana es el principal peligro que enfrenta Europa. Las nuevas medidas de restricción de la libertad de expresión han sido torpemente redactadas y van dirigidas exclusivamente contra la población musulmana. La UE cuenta con leyes que permiten impedir expresiones discriminatorias y que inciten al odio. Esas leyes, justamente, han sido tomadas en cuenta por la Corte Suprema en Bélgica para prohibir al partido fascista Vlaams Blok. Esas mismas leyes deben aplicarse a los grupos e imanes musulmanes que prediquen la discriminación o el odio. Pero no es esto lo que interesa al gobierno nostálgico de teutonías. Lo que quiere es justificar a los ojos de su población, y del mundo, la instalación de un régimen de apartheid'. Las leyes anti-racistas (por ende, anti-fascistas) debieron y deben ser aplicadas de manera consistente y coherente a todos los que se hagan culpables de su violación.
Y seguiré insistiendo: la población extranjera no tiene problemas de integración en Holanda, tal como concluyó la comisión parlamentaria Blok el año pasado después de años de investigación (es de notar que en esa comisión participaron también los partidos que hoy son gobierno). Es el gobierno de extrema derecha el que negó esas conclusiones y fundó un ministerio nuevo con una ex guardia de prisiones a la cabeza, con un departamento nuevo de inmigración encargado del acoso de los extranjeros. Su principal cabecilla es la ministro llamada la hija de Hitler'. Y las expresiones de "indignación popular" a raíz del asesinato de van Gogh, no son tales. Los templos -igual musulmanes que cristianos- y escuelas han sido atacados por los mismos grupos de neo-nazis para crear una impresión de conflicto étnico-religioso inexistente. Y lamentablemente la izquierda laborista y los ecologistas se han sumado con demasiado entusiasmo a esta campaña.
Las nuevas medidas del gobierno holandés, desde un punto de vista legal, son innecesarias y de una inspiración ideológica repugnante. Las leyes mencionan que se actuará contra las tendencias en el islam que apoyan la lucha violenta contra Occidente. La formulación misma es una memez, habida cuenta que, tras las acciones del gobierno en los últimos años, es cada vez más dudoso que Holanda haga parte de ese Occidente al que dice querer defender. Igualmente de anti-occidentales son los grupos fascistas y neo-nazis contra los cuales el gobierno no hace nada y que actúan con total impunidad, quemando mezquitas y agrediendo a árabes, desde hace años. No es esperar tampoco que policía y fiscales apliquen una definición razonable de lo que es incitación al odio. Así, no se considera que el intolerante van Gogh incitara al odio. Pero mostrar imágenes con los crímenes cometidos por soldados americanos en Iraq, sí lo es. Holanda, insisto, es un peligro para Europa occidental.
Y seguiré insistiendo: la población extranjera no tiene problemas de integración en Holanda, tal como concluyó la comisión parlamentaria Blok el año pasado después de años de investigación (es de notar que en esa comisión participaron también los partidos que hoy son gobierno). Es el gobierno de extrema derecha el que negó esas conclusiones y fundó un ministerio nuevo con una ex guardia de prisiones a la cabeza, con un departamento nuevo de inmigración encargado del acoso de los extranjeros. Su principal cabecilla es la ministro llamada la hija de Hitler'. Y las expresiones de "indignación popular" a raíz del asesinato de van Gogh, no son tales. Los templos -igual musulmanes que cristianos- y escuelas han sido atacados por los mismos grupos de neo-nazis para crear una impresión de conflicto étnico-religioso inexistente. Y lamentablemente la izquierda laborista y los ecologistas se han sumado con demasiado entusiasmo a esta campaña.
Las nuevas medidas del gobierno holandés, desde un punto de vista legal, son innecesarias y de una inspiración ideológica repugnante. Las leyes mencionan que se actuará contra las tendencias en el islam que apoyan la lucha violenta contra Occidente. La formulación misma es una memez, habida cuenta que, tras las acciones del gobierno en los últimos años, es cada vez más dudoso que Holanda haga parte de ese Occidente al que dice querer defender. Igualmente de anti-occidentales son los grupos fascistas y neo-nazis contra los cuales el gobierno no hace nada y que actúan con total impunidad, quemando mezquitas y agrediendo a árabes, desde hace años. No es esperar tampoco que policía y fiscales apliquen una definición razonable de lo que es incitación al odio. Así, no se considera que el intolerante van Gogh incitara al odio. Pero mostrar imágenes con los crímenes cometidos por soldados americanos en Iraq, sí lo es. Holanda, insisto, es un peligro para Europa occidental.
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