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Amenaza Terrorista E Integración

¿La amenaza que representa el terrorismo musulmán no tiene ver que ni con la integración ni con la inmigración. Al contrario, las nuevas medidas holandesas en este terreno harán de esta amenaza un asunto más serio y más incontrolable. La incompetencia de los servicios secretos y de la policía se puede advertir en su aguda falta de agentes de policía, espías y traductores árabes y musulmanes. Y no es fácil acceder a personal eficiente si el estado aplica una política sistemática de exclusión. Menos fácil es ganarse la lealtad de ese personal si el gobierno aplica una política de acoso, privación de derechos y humillación sistemática de la población árabe. Hoy justamente se han dado a conocer los resultados de una investigación policial que confirma la discriminación de árabes en la hostelería, que fue realizada antes del asesinato de van Gogh. [http://blogia.com/mqh/index.php?idarticulo=200411132]. Pero ¿qué hacer cuando es el gobierno mismo el que alienta esta discriminación?
Pero, sin desconocer la amenaza terrorista, la mayor parte de los atentados de los últimos años no han sido justamente cometidos por árabes. El cabecilla fascista Fortuyn fue asesinado por un holandés; el intento de asesinato del político de extrema derecha van Aartsen fue cometido por una abogado holandesa; el señor capturado con planes para matar a la ministro Verdonk (de Extranjería) es holandés; los incendios de mezquitas (que no son cosa de ahora, sino que se vienen perpetrando desde hace años) son cometidos por grupos de holandeses de extrema derecha; los atentados con bomba contra escuelas y centros de refugiados han sido cometidos igualmente por neo-nazis. Aberrantemente, muy rara vez arresta la policía a alguno de estos criminales, mientras que vienen atentando contra la vida y propiedad de extranjeros desde hace años. Los atentados últimos contra mezquitas e iglesias son cometidos por neo-nazis. Unas amenazas ‘terroristas' fueron escritas por el presidente del partido de Fortuyn.
¿Por qué empeñarse en negar lo evidente? Los árabes y otra gente del tercer mundo en Holanda no pueden reunificarse con sus familiares, ni casarse con sus parejas; son discriminados en el mercado laboral; y ahora serán sometidos a un régimen ‘aparte' más duro, en mucho parecido al apartheid de Sudáfrica. Esta situación es patente y ha sido denunciada incluso por antiguos líderes liberales del país. No hay que olvidar tampoco que las medidas del gobierno contra la clase obrera son también, y sobre todo, medidas contra los extranjeros, que conforman casi en un 90% esa clase del país. Si Holanda sigue tratando de este modo a su población extranjera, y continúa violando los principios y reglas de la UE, la situación se hará verdaderamente insostenible. El gobierno holandés enfatiza injustamente la amenaza musulmana porque quiere ocultar sus verdaderas intenciones: instalar una tiranía fascista, con un régimen aparte para los musulmanes.

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