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El Asesinato de Van Gogh: "¿Nos Vengaremos"?

Lo dijo la ministro holandesa de Extranjería, Rita Verdonk, en la manifestación en recuerdo del cineasta asesinado en Amsterdam, Theo van Gogh.
Luego nos enteramos de que la funcionaria no había sido " de ninguna manera" invitada y que, lo mismo que otros ministros, llamó repetidas veces a los organizadores para que se la admitiese en el podio ese día. Los demás fueron rechazados. No ella, que argumentó que Van Gogh era su amigo.
En su discurso -afortunadamente muy breve- dijo también que el cineasta le había asegurado que apoyaba su política con respecto a los extranjeros.
Esto último es falso. Un amigo de Van Gogh dijo más tarde en un programa de televisión que el cineasta justamente disentía de la ministro, porque era partidario de otorgar un perdón general a los ilegales y refugiados que la funcionaria ha decidido deportar del país. No significa que Van Gogh no fuera anti-musulmán. Y anti-judío.
Hay que consignar que la ministro fue ampliamente abucheada, antes, durante y después de su discurso -aunque sí hubo algunos que la aplaudieron cortésmente.
Nadie la quiere. Ni nativos ni extranjeros. Un dirigente de una organización musulmana dijo al día siguiente que a la funcionaria sólo le faltaba el bigotito del teutón nazi, Hitler.
En su discurso, dijo la ex guardia de prisiones: "¿Nos vengaremos?" Pregunta tan retórica como francamente imbécil. Nadie entiende quiénes habrían de vengarse, y conocidas sus inclinaciones políticas, debe de haber querido decir algo así como: "Nosotros, los aborígenes, ¿nos vengaremos?" "¿Nos echaremos a la calle a machacar a los árabes?"
Pero el pueblo de Amsterdam no agradeció ni su presencia ni su punto de vista. Y la ministró se retiró rápidamente de la plaza del Dam.
Luego de la histérica frase, dijo: "¿O diremos: hasta aquí, y no más?" ¿Hasta aquí? ¿Qué querrá decir?

¿Está En Peligro La Libertad De Expresión, De Quién?
Fue un asesinato brutal. El asesino, un joven musulmán de Amsterdam, le clavó finalmente una declaración escrita en el pecho. Se confirmaron las sospechas de que era un asesinato motivado ideológicamente. El asesino se quería vengar de los insultos y agresiones verbales de Van Gogh contra Maoma, el Corán, los árabes y los musulmanes.
Las autoridades y muchos periodistas han dicho que rechazan este atentado contra la libertad de expresión. O que la libertad de expresión está en peligro.
Pero ¿lo está? Van Gogh no pensaba que él corría peligro, sino la diputado Hirsi Ali, con la que hizo una película -‘Submission'- de ‘denuncia' del islam.
El corto, de unos 9 minutos, muestra a unas mujeres desnudas con frases del Corán escritas en el cuerpo. Parece que en las frases se describe a las mujeres muy malamente. Se supone que la película es una denuncia de los maltratos a las mujeres en el mundo musulmán.
Así,¿es su asesinato un atentado contra la libertad de expresión?Si lo fuese, no sería ni el primer atentado contra este derecho. Sí el más horroroso, pero no el único.
Cuando el gobierno prohíbe a la prensa informar, por ejemplo en el caso del atentado frustrado1 contra el centro de refugiados de Ter Apel en Groningen, en agosto, ¿limita la libertad de informar, por tanto la de expresión? Yo creo que sí. Lo mismo que creo que la amenaza de la ministro Verdonk de procesar a todos los que la comparen con personajes de la dictadura nazi2, es un atentado contra la libertad de expresión.
Cuando la ministro exige retirar de los libreros de las mezquitas algunos libros en los que según se ha enterado se habla mal de los homosexuales3, ¿atenta contra la libertad de expresión?
Pero, si es un delito que se hable mal, digamos, de los judíos, ¿por qué no ha de serlo hablar mal de los musulmanes? ¿Y por qué ha de prohibirse la literatura musulmana, pero no la literatura nazi, o la budista, que se puede adquirir libremente en Holanda? ¿Por qué ha de prohibirse lo que diga un imán en una mezquita, pero no los insultos contra los musulmanes que profiere con cierta regularidad la ministro de Extranjería? ¿Por qué ha de determinarse qué predican los imanes en las mezquitas pero permitir que Van Gogh celebrara públicamente el exterminio de los judíos durante la persecución nazi?

Notas
1 En agosto un niño refugiado en el centro de deportación de Ter Apel encontró un paquete con varias bombas que no llegaron a estallar. Según la policía, de haber explotado puderon haber causado víctimas y daños. Hasta el momento nadie ha sido detenido. Tampoco salió la gente a la calle a protestar. El gobierno prohibió a la prensa informar sobre el asunto y la prensa obedeció. La opinión pública recién se enteró a fines de agosto.
2 La ministro Verdonk quería introducir, como digo en el texto, un sistema de medición del grado de integración de los extranjeros. Debían todos portar una libreta de puntajes. Muchos holandeses compararon el plan con medidas similares a las de los nazis. De ahí las amenazas. El plan fue abandonado en su momento, pero la ministro ha vuelto a insistir en aplicarlo bajo otro nombre. Hay que agregar que la opinión de que los extranjeros no están integrados ha sido desmentida por todos los estudios existentes, incluyendo el de la comisión parlamentaria. La ministro, que no es conocida exactamente por sus luces ni maneras, rechazó esas conclusiones y sigue insistiendo hasta el día de hoy en que a los extranjeros hay que integrarlos. No se sabe a qué.
3 El libro en cuestión citaba de un viejo texto árabe del siglo 14. Así, la ministro pretende prohibir los estudios de la literatura antigua. Pero no ha amenazado con prohibir los estudios bíblicos, donde referencias semejantes sobre los homosexuales son igual de abundantes y odiosas.

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