Gadafi, el Tirano Mártir
Cuando empezaron a llegar noticias sobre las manifestaciones en Libia, y las acusaciones contra el coronel Gadafi, me di el trabajo de investigar dos temas: la represión de esa primera manifestación en la plaza central de Trípoli, y el historial de derechos humanos de la dictadura. Sobre lo primero descubrí que la acusación de los rebeldes, de que la aviación libia había bombardeado desde el aire a los manifestantes matando a más de mil doscientos de ellos, era total y enteramente falsa. Nunca hubo un bombardeo aéreo. Una comisión del Parlamento europeo visitó Trípoli dos días después y no encontró ni cráteres en la plaza, ni impactos de bala en los edificios adyacentes ni nóminas de heridos o muertos en morgues y hospitales de la ciudad ni testigos de los hechos. Sí hubo una manifestación, y fue reprimida. El gobierno reconoció dos muertes.
En cuanto al historial de derechos humanos de la dictadura sólo encontré, como el hecho más cruento de toda su historia, la matanza de -se dice- más de mil reos en una cárcel libia. Ocurrió en 1996 en la cárcel de Abu Salim, después de un motín organizado por militantes fundamentalistas de al Qaeda y otras organizaciones terroristas. No se conocen las circunstancias precisas de la masacre. El gobierno libio accedió a formar una comisión de investigación independiente de esos hechos hace solo dos años, en 2009, pero no se ha emitido todavía ningún informe, ni creo que se haga ahora nada que se acerque a una investigación fiable. Es dudoso achacar esta matanza al coronel, aunque no hizo nada para castigar a los culpables.
Más impresionante, en mi búsqueda, fue que Human Rights Watch había emitido dos informes muy favorables a la situación de derechos humanos en Libia en 2009 y 2010 y que estaba colaborando con el gobierno libio en la creación del nuevo Ministerio de Derechos Humanos.
¿Cuáles son las grandes violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen libio? Siempre se menciona el atentado terrorista sobre Lockerbie en 1988, pero los periodistas y comentaristas suelen olvidar que este atentado fue una represalia por el ataque aéreo de Ronald Reagan contra Trípoli y Bengasi en 1986, que causó numerosas víctimas civiles, entre ellas una hija del coronel. Y en venganza también por el atentado fallido de la OTAN contra su vida en 1980, cuando aviones caza norteamericanos derribaron un avión de pasajeros italiano al que confundieron con el jet de Gadafi. En ese ataque murieron 32 personas. Gadafi recurrió al terrorismo para responder a los ataques terroristas de Occidente. Ojo por ojo.
Obviamente Estados Unidos y la OTAN han mentido y manipulado las informaciones sobre Libia de la mano de agencias y periodistas mediocres e interesados. Libia, uno de los diez países más ricos del mundo en los años ochenta, se describe con los mismos términos con que se describe otras dictaduras, como si Gadafi se hubiese enriquecido a manos llenas mientras mantenía a su pueblo en la miseria -como en Egipto o en el mismo Estados Unidos. Sin embargo, la verdad es que Libia era un país desarrollado, con el ingreso per cápita más alto de la región, con la mejor distribución del ingreso, con la tasa de alfabetización más alta de África, con la esperanza de vida más alta, con un presupuesto nacional que destinaba casi el 40 por ciento a la educación, con una increíble y moderna infraestructura que Occidente ha destruido completamente y en el primer lugar del índice de desarrollo humano del continente.
Antes que caracterizarse por la violación a los derechos humanos, la dictadura de Gadafi se caracterizó más bien por una ahogamiento casi absoluto de los derechos civiles. En el artículo en wikipedia se menciona sobre este aspecto el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2007, en que se acusa al régimen libio de violar los derechos humanos, que el informe detalla: malas condiciones de vida en las cárceles, detenciones arbitrarias y abuso del régimen de confinamiento aislado de los reos, persecución política y detenciones indefinidas y sin cargos,¿Suena conocido? Pero no menciona masacres ni exterminios ni persecuciones sistemáticas contra grupos de la población. De hecho, el coronel Gadafi fue un dictador mucho menos cruel y mortífero que el mismísimo Premio Nobel de la Paz, el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, que en dos años de gobierno ha causado la muerte de decenas de miles de civiles inocentes.
El estado de cosas nos suena conocido porque la descripción que hace Occidente de Libia se podría aplicar perfectamente a sí mismo: detenciones arbitrarias, indefinidas y sin formulación de cargos, torturas y asesinatos, malos tratos en las cárceles y campos de concentración (Guantánamo, Abu Ghraib), aislamiento permanente de los reos, persecución política, cárceles secretas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales (cerca de dos mil en los últimos años cometidas por fuerzas paramilitares norteamericanas -el llamado Ejército Secreto de Virginia del Norte), etc.
La salvaje ejecución del Gadafi sigue la política introducida por el presidente Obama, de atacar y destruir a los gobernantes hostiles y sus familias. De momento, es la mayor contribución de Obama a la nueva política norteamericana que fomenta el exterminio de los opositores. El coronel Gadafi es el tirano mártir de esa política. Ciertamente, el terrible e inevitable hecho que originó esta rebelión por encargo y final asesinato del coronel, fue que Libia despertó la conocida y criminal codicia de europeos y norteamericanos, esas dos culturas que pierden los estribos y el norte moral cuando oyen el tintinear de monedas.
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